
Fatum es destino, o así lo he encontrado en Google 🙂 Vamos a ver cómo lo acompañamos con cómo vivir una buena vida.
Todos tenemos uno, pero no quita que podamos hacer lo que esté en nuestras manos para un mejor acompañamiento de él.
Nos vamos a inspirar en la película Fatum (Thriller dramático español)
Intentaremos entender y explicar lo que NO se debe de hacer para tener un balanceo vital óptimo.
Veremos después cómo aprender de ello para evitarlo en la vida y carrera deportiva en particular.
Luis Tosar (Sergio), nuestro protagonista, aparece haciendo de hombre débil junto con su familia.
Ludópata que quiere a su familia hasta el infinito y que, pese a su mujer, volverá a caer en la mentira del juego.
Álex García (policía) y Elena Anaya (Inspectora) entran en escena cuando Tosar se queda atrapado con sus hijos en un casino después de entrar un atracador.
El destino de dos niños (el de Álex García y el de Luis Tosar) los unirá para siempre a través del corazón del segundo.
Cómo acompañar tu Fatum con una buena vida
Visto el argumento y para no destapar la trama, nos vamos a centrar en el NO balanceo de la vida del protagonista: Luis Tosar, y cómo no vivir una buena vida.
Lo haremos a través de los sesgos mentales y lo que no es vivir una buena vida.
El protagonista, pese a haber abjurado de no volver a las apuestas y prometérselo a su mujer, decide jugarse todo a la última carta.
Tosar es presa del sesgo del coste hundido: lo ha perdido todo allí hasta ahora y lo tiene que volver a intentar.
Qué es el sesgo del coste hundido
Es aquél que nos hace no dejar un trabajo, pareja, inversión o, como en la película, el juego, por lo mucho que hemos invertido en tiempo o dinero en ellos.
Pese a saber que lo que más nos conviene es abandonar, seguimos empecinados en intentar rentabilizar algo que ya sabemos que no ha funcionado ni funcionará.
Hay que tener en cuenta que tanto el juego como la inversión No racional es de suma negativa.
Podemos aplicar un nuevo sesgo (el de confirmación) y creer que sí, pero aunque salgas victorioso una vez (te toque la lotería, por ejemplo) la gente no está acostumbrada a lidiar con ese dinero.
No solo lo pierde, sino que vuelve a una situación incluso peor que la de partida.
Qué es el sesgo de confirmación
Pues es aquel que nos hace llevar una tesis (la nuestra. Por ideología, por ejemplo) hasta el infinito y más allá.
Daremos todas las vueltas hasta llegar a la misma conclusión: nuestra tesis es la acertada y todos tienen que pasar por ella.
No hace mucho Neymar salía en redes sociales lamentándose de lo mucho que había perdido jugando al póker.
De una forma poco racional, guiado por los impulsos y el postureo, el resultado no llega.
Volviendo a la película y sabiendo que el destino o la providencia están ahí, vemos que el protagonista no tiene ni de lejos el balanceo vital bien cubierto.
Qué entendemos por balanceo vital y buena vida
Pues tenemos tres pisos que se retroalimentan entre ellos, de tal forma que si alguno de ellos nos falla, el resto se ve afectado también.
El yo personal; la familia y las relaciones sociales; así como el trabajo y las inversiones.
En el yo personal, el protagonista parece un hombre bastante descuidado: mal aspecto físico, mala alimentación, poco tiempo para aprender cosas nuevas y tener un momento en el día para abstraerse del ruido y meditar.
En la parcela social, podemos ver que, si bien es un buen padre, la relación con su mujer está muy deteriorada, las amistades son interesadas y acaba metiendo, a eso que más quiere (sus hijos), en un gran lío. Momento en el que se ven atrapados en la casa de apuestas.
Seguimos viendo en todo momento cómo no vivir una buena vida.
Por último, en la faceta laboral y financiera, tampoco tiene mucho de lo que presumir. Está sin recursos, sin trabajo y dejándolo todo a un posible golpe de fortuna en las apuestas deportivas.
Cómo nos lo traemos al deporte
Aterrizando en nuestra parcela: deporte, podríamos extrapolar este personaje y circunstancias a cualquier jugador un poco desviado del camino.
Mucho tiempo mal invertido en NO aprender, descansar, comer bien…; familia lejos que no le pueden echar una mano; y mientras esto ocurre, gastándose grandes fortunas en el juego.
Adoleciendo, como muchos otros, de una baja formación financiera.
La realidad es que hay que buscar un balanceo entre la parcela familiar, social y laboral, para lograr un equilibrio que te permita avanzar en la vida como profesional, persona y dotar de un buen acompañamiento a nuestros hijos o representados.
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