¿Y qué es esto de las colaboraciones deportivas?
Pues sería tratar de ponerte en contacto con alguien para participar de forma conjunta en la puesta en marcha de un servicio: participar en un podcast, blog, vídeo de Youtube… O bien ceder/regalar un producto que queramos promocionar al influencer de turno, por ejemplo.
Venga, que empezamos fuerte.
¿Y para qué querría yo colaborar?
Pues de forma precisa para tres puntos.
1, Conseguir mayor alcance
El hecho de plantearte una colaboraciones deportiva con un podcast, por ejemplo, te dará mayor alcance de audiencia. Juntarás, a la que ya tienes, la nueva del colaborador. Esto te permitirá atraer a nuevos suscriptores a tu boletín, por ejemplo.
2, Aumentar la riqueza del contenido de tu colaborador
En la medida en la que tu contenido sea diferente al suyo, pero complementario, podrás generar riqueza adicional al contenido de aquél y viceversa (si él va a tu podcast).
3, Credibilidad y autoridad
Muchas veces nos falta ese empuje, formación, estar en foros… Pues si tienes la suerte de contactar (y que te acepte) tendrás un plus de autoridad a añadir a tu proyecto.
Un consejo que te doy: apela al corazón de aquella persona que quieres que venga a tu proyecto y, así, plasmar la colaboración deportiva: escúchale y dale feedback, dale likes a sus publicaciones, haz comentarios… llegado el caso, la fruta estará madura para colaborar.
¿Y siempre hay que ir a por un gran personaje o es preferible empezar de abajo?
Pues dependerá. Existen dos casos.
1, Relación de igual a igual: tenemos audiencias parecidas y nos va a resultar fácil colaborar.
2, Nos acercamos a alguien (ya trabajado en redes, por ejemplo) con más audiencia y autoridad que nosotros. Él ejercerá de patrón o mentor nuestro.
Vale, de acuerdo, pero ¿cualquier colaborador nos vale solo viendo su audiencia?
¡NO! Fíjate en la complementariedad de sus contenidos con los tuyos, que sea auténtico, constante en su trabajo, que se maneje bien con los medios digitales, que sepa comunicar de forma correcta…
Mi recomendación en este punto: hazte tu propia checklist para no pillarte los dedos.
Vale, Toni, esto está muy bien, pero cómo encuentro y contacto con los colaboradores.
¿De qué herramientas dispongo?
Pues te voy a dar tres caminos. De más a menos fácil.
Lo primero, vete a la red social de turno y trata de encontrar el mail de la persona. Una vez lo tengas, ya puedes contactar. No pierdes nada y, casi 100% te va a leer.
Lo segundo, hay empresas como Coobis, Publisuites o Socialpubli que su labor es ponerte en contacto con otros creadores de contenido o influencers con comunidad.
La última, vete a las redes sociales: Meta, Instagram o Tiktok por mencionar a tres. Con unas limitaciones de seguidores mínima, en torno a 1000, te pondrán en el camino de la colaboración.
¿Y hay que firmar algún contrato para plasmar la colaboración?
Pues como todo, depende, pero si con esto vas en serio, sí.
Si bien no hay una ley específica para plasmar la relación entre marca y colaborador o entre colaboradores, nos podemos remitir a varias leyes que nos pueden ser de ayuda: Ley 24/1988 general de publicidad; Ley 3/91 competencia desleal; y Ley 34/2002 de servicios de la sociedad de información y de comercio electrónico.
Aclarado lo que tenemos de forma legal, saber que las plataformas tipo Facebook, Instagram, Youtube, Tiktok… tienen sus propias reglas y condiciones para establecer colaboraciones.
Y lo más importante, llegado el momento de firmar un contrato: definir el objeto a colaborar, responsabilidades de las partes, duración, propiedad y derechos intelectuales si hay un producto/servicio detrás, cláusulas de rescisión del contrato, tipo de confidencialidad y MUY IMPORTANTE, cómo se reparten los posibles beneficios de la colaboración.
Y si a estas alturas te preguntas ¿qué tono debo de emplear en la primera toma de contacto?, sigue leyendo…
En la medida que tengáis una relación previa u os conozcáis, el tono será más cercano y cordial. De otro modo, habrá que apelar al formalismo, pero siempre yendo al grano y dejando claro el objetivo del contacto: la gente tiene poco tiempo y no lo quiere desperdiciar.
¿Y el canal?
El más cómodo, habitual y que genera menos fricción es el mail.
Y de ahí… al cielo. Créetelo.
Contactos online, offline, comunidades de interés (aunque sean de pago. Lo que te puede devolver puede estar multiplicado por mucho a lo que pagas). Imagínate las opciones de romper el hielo y contactar de las que dispones.
Eso sí, repito: ve al grano, aporta información/contenido de interés y los resultados te tienen que llegar. Seguro.
Vale, Antonio, ya he contactado y me ha aceptado colaborar. ¿Y ahora qué?
Pues apóyate en tres puntos para sacarle el máximo rendimiento.
1, Participa en su medio o el tuyo.
La participación en su podcast, blog o canal de Youtube, por ejemplo, es lo que menos tiempo y esfuerzo te llevará y la que se suele usar más.
2, Campaña conjunta para lograr un objetivo
Si nos metemos en el caso de la campaña conjunta la idea sería ofrecer un producto nuestro: libro o servicio con descuento hasta una fecha, con una comisión para la persona que nos abre su casa.
3, Cread un producto o servicio de forma conjunta.
Y la cocreación de un producto de forma conjunta vendría a ser, por ejemplo, el lanzamiento de un curso o servicio. Las dos partes aportan su experiencia para rematar y ofrecer su producto.
Antes de seguir, SIEMPRE DEJAD CLARO LAS CONDICIONES Y OBJETIVOS DE LA PROPUESTA.
-Oye, una duda, Toni…
-Sí dime, cuenta, cuenta… 🙂
¿A nivel de medios y tareas cómo lo hacemos de cara a una colaboración?
Medios
Es muy importante revisar el hardware: micrófono, pcs, sala de grabación (si es el caso), vídeo, imagen… de que disponemos cada uno.
Tareas
El reparto acertado será crucial: tareas de cada uno (aquello en lo que somos fuertes), las colaborativas (de ambos) y las que salgan de forma automática o en cadena (edición, maquetación…).
Tened en cuenta que no es lo mismo un contenido creado de forma individual que conjunta.
Aquí, tendremos que mostrar la autoría del contenido y guardar una coherencia entre el mensaje nuestro y el del colaborador.
Entonces, ¿lanzamos el contenido y ya está?
NO. Hay que establecer unos objetivos de la campaña; hacer un prelanzamiento, lanzamiento y seguimiento posterior; y analizar los resultados de la misma.
La idea, no os olvidéis, es crecer en alcance (difusión a más gente) para aumentar las conversiones (ventas).
Oye, Toni, ¿Y qué hay del dinero? ¿Podemos monetizar la colaboración?
Claro que sí.
Patrocinio: vamos a pagar al colaborador para que muestre nuestro proyecto en su canal o bien vender el proyecto a un tercero para que financie el mismo. Cuanto más claro presentemos las bondades del proyecto, mejor.
Infoproductos: venta de un libro, curso… Será el momento.
Merchandising: venta de camisetas, tazas, póster… Rienda suelta a la imaginación.
Crowdfunding: el sistema es conseguir mecenas que nos promocionen el proyecto. Como contraprestación les ofreceremos un artículo especial o dedicado, por ejemplo.
Y, por último, eventos: desde ahí (la colaboración), les podemos remitir a un streaming (directo), webinar (clase online especial) o lo que sea que podamos monetizar. Eso sí, ofreciendo mucho valor.
Pues sí… llegamos al final, pero antes te dejo mi caso y resultado.
Corría el 2021 y mis hermanos y yo nos planteamos hacer una campaña de crowdfunding para recaudar fondos para la Asociación de enfermos de Alzehimer.
El reto era correr la maratón de Valencia ese 2021. 7 hermanos.
¿Y cuál fue mi estrategia colaboradora?
Contactar con la Cadena Ser a través de Raúl Ruíz. Persona a la que seguía por Twitter.
La colaboración: yo les daba contenido de valor y de éxito (la campaña iba como un tiro) y ellos me dieron difusión a la campaña en un programa de tirada nacional como El Larguero.